28 de febrero de 2006

Veneno que no quiero usar

Regodeándome en esta situación de penoso transe, abandoné la copa y el bar y con un cigarrillo entre los labios, me perdí entre las sombras de ésta ciudad.

Entre estos recuerdos me busco y no me encuentro.

Presiento que son memorias ajenas, fantasías sobre un matiz sin color.

Al ver tus ojos descansando del sufrimiento, mentí al cielo al prometer que te olvidaría.

Nada me cura. Nada me calma. Nada frena la sangre que no coagula.

Y si los cerros me ocultaran de tu encanto, me perdería ahí para siempre.

Son puros deseos de olvido.

Tengo un veneno que no quiero usar. Tengo una daga que no quiero desenfundar.

El frío y los lamentos de perros enmarcan mi tragedia.

Y el amor que nace entre balcones y descuidos, subsiste y me lastima. Aún ahora.

Promesas que no pude cumplir.

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