24 de agosto de 2006

Testigos

Y si fuéramos solo testigos

y si nadie fuera inculpado.

Las penas y el olvido acabado.

El trajín de la locura adormilado.

El silencio desterrado.

La ley olvidada.

El Dios asesinado.

Nada más bello que la armonía,

son pura utopía,

de sueños canela e infancias doradas.

Anhelo y deseo,

enredados en un rosal.

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