
La noche parece sobrevivir a esta tragedia como mi única compañía.
Soy un zombi de día.
No es mi horario, ni tampoco mi rutina.
Horribles trabajos de oficina. De corbata, entre el polvo de expedientes y sus innumerables quejas, me abruman y me atormentan.
No tengo a donde escapar.
Acondicionadores de aire que fallan en temperaturas pico.
Incoherentes jefes que anudan su soga y caen de las vigas de esta torre de tormentos. Papeles, sellos, responsabilidades y trampas. Números falsos, dibujitos contables. Esto es tirar agua en el desierto.
Ni el puto título que me habilita a joder gente, me tranquiliza.
No es mi tipo de venganza.
Prefiero apuñalar por la espalda al cerdo que me tortura.
Sería un maldito héroe. Un maldito héroe para todos.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario