Cuchillo en boca se acercó hasta mi, apretando las uñas contra las palmas de sus rojas manos, mirando fijo y sanguinario, mostró sus dientes de caníbal y asesino.
No había tiempo para temores ni miedos paralizantes, los ojos rojos y la gloria amanerada, se mostró sublime y me atacó al cuello.
La hoja fría del metal se hundió sobre mi arteria, tiñendo de sangre todo a mi alrededor y quedé solo en la cocina de muebles y piso blanco, contaminando todo con mi muerte, fría y tenue muerte.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario