Y el viento como la trajo me la llevó.
Mientras dormía todo giraba de puro y tibio amor. Sus ojos, cuando me miraban… ah sus ojos. Decían amarme profundamente.
De inmediato sus labios rozaban los míos y el escalofrío desairaba cualquier mal espíritu.
Pero despierto y tu amor se ha ido. Sin saberlo, sin provocarlo, sin entenderlo.
Mal que no me abandonas jamás, deja tu juego con mi corazón y aléjate de mí.
Solo quiero vivir, vivir la vida que merezco, desangrarme en la batalla y ganarla.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario