19 de octubre de 2006

Como ganar la libertad

Un ventilador blanco gira lento y sin sentido a centímetros de mi cabeza.

El silencio y el calor me molestan y me sofocan, mientras me siento delante de la mesa de mi cocina.

Una mosca se posa en mi oreja y con un ademán la espanto, pero nunca dejará de hacerlo. Parece amar mi lóbulo derecho.

Primero limpio el caño frío y largo con un trapo blanco especial.

La lente esta limpia y calibrada.

El gatillo aceitado.

En la recámara ya está puesta una larga bala con punta hueca, atrás dice F. M.

Trabo las trabas, ajusto lo que queda por ajustar.

Afuera la ley asola en las calles, hostigando a los transeúntes que corren delante de ella.

Abro sutilmente y sin hacer ruido la ventana.

Me pongo cómodo y sin apuro le apunto en la espalda.

Miro con mi ojo derecho las dos líneas negras que se unen en el medio del círculo de visión.

Mi dedo índice izquierdo se posa suavemente sobre el negro gatillo.

Inhalo.

Apunto justo donde termina su cuello y empieza su espalda.

Exhalo…

Ahora.

No hay comentarios.: