5 de octubre de 2006

Secretos


Amanece. La ruta se aclara en sus siluetas y los vidrios del auto se empañan lentamente, cediendo para luego avanzar sobre la tibieza de los pliegos.

Los pensamientos flotan en el asfalto y las líneas amarillas aceleran delante mío.

El destino parece alejarse a cada kilómetro recorrido y extraño y me desespera llegar.

El encuentro se hace esperar y yo ya esperé tanto tiempo. Si pudiera arrancarte un beso mientras no estas.

Solo yo lo se. Solo yo y ella.

Caricias ocultas por un disfraz roído y amarillento. Besos que no hagan ruido y una menta para después.

Telones que traslucen tu silueta amándome.

Y yo ajeno al movimiento externo, ajeno al destierro externo, ajeno a todo vuelvo y te tomo.

Tomo porque es mío el deseo y es mío el de ella.

La tomo porque no queda mucho tiempo para perder mirarte distante en mi imperiosa necesidad.

Pecados que nadie puede inculpar, son disparos hechos en plena oscuridad.

Soy yo el que jala del gatillo y tu inocencia lo que brilla sobre mi cama.

Solo yo lo se. Solo yo y ella.

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