5 de octubre de 2006

Ventana abierta al sol

Entre esas luces el frío latir de tu empeño me seduce, me impacienta.

Claro, voy a morder tu anzuelo.

Por supuesto que acepto. Iremos a tu cuarto.

Y si la noche me oculta, entre sus pechos descanso, latiendo como todos el sábado de feriado.

Misma misa, mismo son. En eso solo hay sorpresa, ella lo sabe y yo no lo espero.

Quemando el infierno para sentirnos mas frescos, besos eternos.

Lou Reed, me despierta entre su sentido místico de mañana y la sábanas que brillan frente a una ventana abierta al sol.

La desnudez, que perfecta desnudez. En su espalda tatuada las siglas R. C. D.

Si no soy digno de respirar aquí.

Negra basta.

Si me estoy curando.

Aun ahora.

Aun después de eso.

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