El sol sonríe con todos sus dientes, el brillo quemando cada pupila y los pulmones se secan, entre rocas de colores ardientes.
Y los pasos que se han dado, se libran como batallas alcalinas, de sábanas de arena blanca y el pelo negro que flota y oculta, esos besos nunca dados, esos tiempos ya olvidados, en donde el sueño era mas que un paseo y el olvido un viejo trapo.
Ya no anhelo.
Ese rojo carno – labial que tanto ardió en mis sienes jóvenes, hoy se presenta indiferente y locuaz.
Prefiero el ron, otros vientos y el clamoroso sin fin de mis secretos oscuros.
Pocos saben los lunares que oculto, pocos tienen una roca sangrando en la cocina, latiendo y a los gritos, puteando mi existencia burda y sin sentido.
Por eso me quedé solo esa vez.
Hoy no dependo de una ninfa que me sobe todo el tiempo, ni pretendo cruzar puentes y estrechos para que el rosa me quede bien.
Pero de verdad sospecho un futuro sin estrógeno y a puro eufemismo.

1 comentario:
alucinante, digo, alunizante. bah. gracias.
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