Siete milagros esperando ocurrir.
Destrezas del plagiarismo, desganos de tu hinduismo.
Muchos locos sueltos. Muchos ladrones caminando en esta calle de cemento.
Quien te ha llamado aquí, es el mismo que te ha susurrado mi muerte.
Quien te ha mostrado mi llaga, es el mismo que te alejará de los amuletos que funcionan. Sueños negros y el misterio que galopa en tus pupilas moras.
Parece al final como agotado, como pendiendo de un hilo y colgado con la cabeza abajo, casi rendido, tan rendido, que los ojos le pesan y la sangre chorrea interiormente.
Y si tuvieran que ejecutarlo, que lo apedreen por fallar tanto y demasiado, por olvidar los grises de la historia.
Las imágenes acariciando la ventana de un taxi que se triza lentamente por el frío, me recuerdan películas en blanco y negro, olores eternos del invierno.

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