29 de diciembre de 2008

Te suelto la mano, me dejo llevar.
El río corre veloz, nos lleva por senderos diferentes.
Te deseo suerte, te anhelo lo mejor.
Mataría tus fantasmas, exorcizaría tus demonios,
pero el río corre y no puedo detenerme.
Entregué tus talismanes al agua,
entregué mis deseos al viento.
Te entrego a mis recuerdos,
sabrán mimarte y brillarás ahí por siempre.
Los lobos hoy ya no muerden
y yo pretendo que la carne siga ardiendo en mi vientre.
No somos tan diferentes, lo saben todos demasiado bien.

No hay comentarios.: