7 de enero de 2009

Día de lluvia

Días nublados, compartimientos estancos. La oscuridad me rodea, estoy atado de pies y manos.
Detrás de un cristal te puedo ver y no te toco. Sonríes pálidamente, te burlas de mí.
El tormento se cuece debajo de mis pies. El sol se esta yendo.
Soy una sombra de lo que fui y a nadie le importa, nadie lo ve, mientras siga sorteando roles para este juego, mientras provea y sostenga, no se apiadarán.
Y voy solo, caminando por las oscuridades de esta ciudad cuando está en silencio, cuando todo duerme, maldiciendo a mi suerte por escasa y a mis dientes por no cortar el lazo que hoy me ata a esta condena venenosa.
Soy una sombra de lo que fui, me pierdo y me voy y me diluyo entre tanto olvido, entre tanto hastío.
Necesito una coraza, necesito huir, necesito escaparme, ahogar mis sentimientos, volverme piedra, volverme perro.
Solía navegar en mares solitarios, miraba el sol, hinchaba mi pecho por las mañanas, solía ser un lobo persiguiendo la presa, con la lengua afuera y los ojos inflamados.
Devoraba la vida como el último día, el amanecer era coloreado y la noche era mi aliada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

te extraño pedro