25 de marzo de 2009

Esos dogmas juveniles

Endulzado como una lagartija al sol, mirando desde el balcón todos los dominios del dios local, pienso en esos recuerdos ajenos de viejas amistades, que el tiempo fue llevando con las hojas del otoño y el sol con su fiel mirada de perplejidades, se pierde en la pasividad de viejas montañas azules.
Los anillos del pasado, los fui tirando al río, cada uno en cada charco y los peores anhelos fueron oxidándose entre charlas de calles de tierra y la nocturna sombra que siempre nos ocultó como hermanos que ya no son.
Pienso, enarbolo y puteo. Sospecho, no habrá más para hacer.
Las tragedias fueron absorbiéndose por la piel porosa y esos dogmas juveniles que te enseñé los dejaste colgados de un árbol y se fueron olvidando.
Promesas que no vas a cumplir.

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