
Querido Cristian:
Anoche, esperando solitario en lo que un día conociste como el irrepetible 5to "B" - ya no pertenezco aquí-, y después de llamar cada 15´ al celular de Mr. C. quien tuvo la gentileza de devolver mi llamado y esto definió la noche del viernes.
Mis manos sudaban. Vos sabés la angustia que tengo dentro, ver abandonada la esperanza a la aleatoria desgracia de un poco de humo negro, luces y el aroma de feromonas flotando húmedas como lobas que pelean en la gramilla.
Mister C. me informó que había arribado en compañía del Rata a su departamento. Un personaje afable, absolutamente del palo, con una singular fisonomía de liturgia sefaradí de extrema cepa, que a la vez hacía resaltar las razones más que obvias de su apodo.
Pálido, con el pelo negro azabache, totalmente desgarbado de nariz prominente y aguileña. Bastante poco agraciado el hombre. Pero siempre ameno e ineludiblemente gentil.
Desembarco en el departamento, que supongo sabrás esta cerca de ese mercado abasto enorme, al lado de un cine porno apropiadamente llamado “Deseos” y con los travestis más altos que vi en mi vida.
Solo estaba Inés, que excitada aún por el concierto de Las Pelotas, me repetía sintomáticamente que se había desmayado en el baño y que solo vió parte del concierto que duró 2 horas y media.
Pude ver el guiño alcalino en sus ojitos saltones y me fui con ella a comprar algo para beber.
Al regresar me encuentro a mis compañeros de juerga, totalmente agotados y tendidos, desentonando como mis planes nocturno-carioca-desenfriol. Parecía que otra vez esto iba a zozobrar.
Al final puse un porro en la mesa de sorprendente dimensión y atrevido olor a cítricos frescos y la noche de dispuso cuando Keith Moon intervino en el horrible decorado.
Así nos avispamos entre travestis y putas en descenso de stock, al fabuloso Ojo Bizarro.
Aquí es donde siempre debí estar!
Quizás sea el estío o la necesidad, quizás sea esa lujuria insaciada y la fogosa ansiedad de un poco rock, de un poco de cemento, buscando entre los cuerpos y en el sudor femenino la redención, pero al mirar todo de nuevo parece tan estúpido que me quiero matar.
Raros peinados, gente de correcto estilo circense, buscando siempre la casualidad en el detalle, mirando sin mirar nada, entre las luces y el desenfreno que una bruja hermosa de look boggie 62´, despierta entre los cuerpos la agitación y nos arranca a todo ser presente y con capacidad auditiva, un ritmo que suena fresco desde hace miles de años, mientras pincha electro clash con distinción y la nariz sucia.
Suenan en imperturbables torres correctamente dispuestas un beat riguroso y asesino, hecho con las mismas máquinas que usó Kraftwerk en los 70s.
Ruidos duros, bases duras, gente vestida como Michael Jackson en Triller, suena todo muy beat... Mi amigo, acá encontré el rock, entre las transpiradas y húmedas paredes de un baño asfixiante, me asfixio.... Moda cíclica, electrónica cíclica... drogas amargas... todo se recicla en el 05.
Yo no paro de beber tragos de fresco vodka con naranja, gentilmente dispensado por un travesti rubio y hermoso, quien mide todos sus movimientos para siempre parecer bella y sexy.
Me recibe la campera y me quedo absorto como este remolino de tecnolisergia y alcohol ruso que me absorbe hasta hacerme vulnerable a cualquier excitación que pulula distante y violentamente, dilatando mis pupilas, exhalando el pudor que me abandona por los poros de mis putas tiroides.
De repente mientras el Rata me habla al oído sobre mi principio de decrepitud precoz, una morocha con el jean metido en su tunjente orto cae totalmente ebria delante mío y tira al aire un vaso con medio litro de cerveza u orina, nunca lo sabré.
Todo me pareció surrealista y el tiempo se aletargó, la gente de repente me miró y algunos dejaron de bailar, me gritaban que la levantara...
"levantala flaco"... "este está peor que la mina que se cayó"... y quizás tengan razón!.
La levanté, ella me miró y balbuceando con tono de mina borracha de poca monta, me dijo... "te amouoo"....
La senté ahí esperando que no desestabilizara mi delicado equilibrio.... me hablaba pero no la entendía, me dijo " estoy con vos, vos estas conmigo??"... interpreté como el antiguo "me gustas, yo te gusto?"... y le dije "si, obvio"... y ante la mirada del Rata y de Mr. C., metió su enorme lengua de camionero riojano dentro de mi boca. Fue agresión entre borrachos, a pesar del infortunio le pedí que se quedara ahí... pero siguió su camino.
No puedo aprovecharme de una nena que se cae cerca, es como una araña inescrupulosa que levanta un bocato... entre las larvas. No debo hacerlo!.
Al final, el travesti siguió vendiéndome tragos rusos y yo bebiéndolos, en un pacto silente y procaz, sin obviedades ni lugares comunes...
Y descubrí el reducto y me apropié de él, como me apropié de cada personaje y/o ente que pulula y/o flota en aire contaminado del Ojo!
Porque esta es una tribu, de los no vencidos, de los que se hartaron de la ventilación de la liturgia neuronal, de las mañanas de mandados y curas madrugados por el Atenolol...
Señores, este es mi lugar, aquí donde la magia todavía existe, donde nunca sabés con quien o con qué volvés a tu cama, porque tenés que venir y tenés que estar, compartiendo una cerveza, un cohete aeroespacial paraguayo, o simplemente la desgracia de vivir tan lejos del Ojo Bizarro.

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