25 de enero de 2006

Señor de estos prados


Devienen los silencios, entre las cortinas de tu encanto.

Ilustran las paredes, el sin fin de tus colores.

Espirales que me llevan hacia profundidades olvidadas.

Conozco tu dolor, recuerdos “verde pastel”.


Caminé por tus memorias abandonadas, de azul tristeza, de olor a tempera y el instrumento noble que nunca se deja tocar.

Los dedos tejiendo sonidos sobre el hombro y el murmullo de tus labios. ¿Quien será señor en esos prados?

Los secretos se esconden en el negro ondulante de tu cabello y hace eco de mil preguntas nunca respondidas.

Pero el diablo, gentil y sombrío, sabe fondear su navaja. Trepa sobre mis hombros y disfruta sátiro del dolor resonando en el pecho. Son placeres urbanos.

Conozco su pupo, eh oído de su lunar.

Solo puedo alegar que nadie sale vivo de aquí.

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