
Cedí mi porción y me quedé en la mesa.
Recordé mirando a la pared tus hombros siempre desnudos, siempre iluminados.
Intercedí entre mis demonios y les rogué por un poco de compasión y algo de paz.
Pero nada aún se me ha concedido.
Nadie me ha dado las respuestas. Ya agotado ni las busco.
Solo pienso en resignarme a nunca ser.
Estoy atado a las penas más grises y a los soles más opacos.¡Que maldición!
Imagino un naufrago en esta galaxia.
Ese soy yo.
Imagino un naufrago en esta galaxia.
Esa es.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario