
Decorando finos tiempos, la mugre se instaló.
No tenía tiempo de culebra. Solo era una Margareth Teacher por las tardes.
Una mañana un B. G. le regalé. Pero las víboras son sabias y se llevaron la locura y el tiempo de mi reloj.
“Acierta el paciente en silencio,
devora callado a la victima,
induce el veneno y la mata.”
¿Será toda víbora?
- Toda.

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