2 de marzo de 2006

Para Anita





Largó el bolso y huyo de la persecución.

Notó que aún la seguían y se metió en mi casa.

Nadie había, que le preguntara que hacía ahí.

Tomó un vaso vidrio y lo rompió contra una vitrina.

Se sentó en la mesada.

Miró el techo y se cortó profundamente con los restos.

Los brazos le sangraban y las venas se vaciaron ahí en mi cocina.

El frío contrajo los muebles y el sueño la cargó en brazos.

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