31 de octubre de 2006

Tráfico de Santiago

Descubriendo zorros que cruzan la ruta nocturna y las luces en la distancia me alertan del destino.

Un burdel de mala muerte, el foco rojo arriba de la entrada y camiones detenidos en el tiempo.

Patricia dijo llamarse. Del Chaco venía, trayendo pétalos sobre los pechos y mentas entre la lengua y las mentiras.

Tráficos de Santiago y la piedra que aprieto en mi bolsillo, descubriendo ángeles a la ladera de la ruta.

Vidas difíciles, a la espera de la redención.

Ojos quietos que no quieren ver nada ya.

Patricia dijo llamarse y tenía el espíritu cansado, agotado de tanta soledad.

La noche me dejó hablando con ella a solas, lejos del ruido y de su patrón. Deslizó tentaciones, besos tibios y un cigarrillo chino que me dejó pitar.

Los camiones se detenían o seguían su camino y yo parado al lado de la ruta, con un ángel que era un personaje mas en el tráfico de Santiago, ocultando los dolores detrás de un maquillaje roído y viejo.

Velas que se prenden para algún santo y yo que regreso, pensando en las vidas difíciles, más difíciles que la mía, más merecedoras de la redención que no llega.

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