Nunca será pura - me djo justo al empezar a esnifar contra la mesa azul. El contraste es hermoso.
Montañas de cocaína y el mayor adicto del mundo frente a ellas.
Trate de no impacientarme, pero fue como si un anzuelo enganchado de mis nasales oscuridades, empinara el ángulo y me hiciera temblar, “cual joven nirvana de mañana” pienso y me dirijo a mi meta a mirarla bien de cerca.
Así me despaché ese domingo con la línea más gorda jamás tomada. Y antes de mi furia alcalina, el cimbronazo tremendo que en un bar de Constitución a media luz, despertó hasta el alma mas sedada.

1 comentario:
che esnifear esta fuera de moda, despues del cimbronazo nada queda... solo queda añorar olores dulzones jeje
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