31 de enero de 2007

Vidrio

Como una tabla que me enjuaga la neurona y la estira hasta el boqueo desenfrenado y el vidrio pulido mirandome de cerca.
Asi son los caminos de éste rock estetico lascivo de finales de los años 30 donde todo se pone filoso y pronto perderá el sentido, aburrido de lo mismo, de la misma soledad y el mismo boqueo ensordecido de besos fríos y el saumerio quemándose en la trompa del elefante.
Me adolecí de la verdad puritana, de estos locos malditos que compraron el primer libro, las primeras tetas, el primer amor.
Para mi es mera desgracia, agónica condena de los desgraciados que le temen al dolor, a quedarse solos, a terminar presos, a terminar muertos.
Soy naturalmente curioso.
El motor incansable de mi niñez ya maltrecha de deseos inalcanzables por el dinero, por el amor, por la mera fantasía.
Pero despues de la congoja, de sentirme absolutamente raro, incomprendido, mal juzgado, mal creido y las mas desgraciadas vanidades que a un vanidoso como yo se le puede pegar , duermo tranquilo, sigo siendo un buen chico. Cosas que no se deben cambiar.
Mi abuelo "Pelao" me lo enseñó y a ese y a Cristian jamas los defraudaría. Ángeles que me frecuentan y me cuidan, el vivo y el muerto... hasta esa gracia tengo. Mi truco preferido, mirarlo al vivo y saber que soy su amigo.
Y así, entre las plegarias que suelto en silencio cuando todo parece abandonarme fría y lentamente, me retuerzo y muto y me doy cuenta del diablo que surge en mi, el que viene al rescate cuando el otro está de feria, el que me da una mano y no me caigo y me trae unas chicas y un par de alegrías parafinadas y los amigos te visitan y la luna me sonríe en la terraza y me añoro y me lamo y me curo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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