Tantos kilómetros buscando algo sin saber que. Basta solo el recorrido que se hace intenso a cada paso, a cada gota de sudor que el sol me estruja de la cabeza,
… caliente de ideas y verano,
de deseo carnal cual amante recostado,
… que espera listo y perfumado… a la dama que viene presurosa,
cavilando sus imágenes escondidas,
detrás de la mirada perversa
de la ninfa y su secreto inconfesable.
Papá nunca lo sabrá.
Pienso en el destino de ésta gente, en estos transeúntes, compañeros furtivos y volátiles en mi camino norteño, que crecen como fantasmas y desaparecen tibiamente, en un contraste de amarillos seniles y cenizas de hechicería a metros de la casa de gobierno.
Los Gringos tan foráneos como yo, abundan aquí, se los ve caminar con su cruz a cuestas, con el occidentalismo tan profano en esta tierra de olores profundos. La gente de por aquí está acostumbrada a las miradas bobas que se socavan ante la belleza de la sencillez local, ante la sensibilidad que les sorprende descubrir tan lejos del fin de su acartonado y puntual globito azul.
Los bodegones me hechizan por el pleno perfume a cerveza tirada y la negrura de unos ojos malignos, no me dejará dormir solo esta noche.
Domingo por la mañana,
Las calles empedradas desnudan los secretos del pueblo abandonado por los soñadores que bebieron y que pueden dormir, a diferencia del péndulo agreste que sulfura rencores en una mañana de s
ol alcalino y diáfano.
El cielo se mantendrá azul.
La iglesia presente siempre, cerca del poder, cerca de la cocina, me llama y entro.
Las sombras enfrían el aire y la bóveda azul de estrellas amarillas me abraza y me tienta, abandonar un poco la insolencia descreída del que conoce el truco del mago.
Y me dejo llevar por la belleza onírica y la ajena fe, de unas viejas que rezan el rosario, murmurando formulas de antaño, todo en un murmullo casi melódico.
Si sonará el Réquiem, me tentaría a comulgar, en esta estética antropófaga de santos que se mueren golpeados, asesinados, que se mueren mal, recordados aquí con bellos muertos de yeso y la devoción de pueblo sufrido, que es el sustento de toda la magia que se respira aquí.

1 comentario:
Mi querido Pedro: aunque usted prefiera el papel de amante, siempre termina convirtiéndose en el pequeño gurú de todas sus ninfas...Bella postal.
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